Los terremotos impactan por la inmediatez de su ocurrencia. No hay pre aviso, nos vemos involucrados en el evento instantáneamente. Nos sorprende durmiendo, en el auto, la escuela, el trabajo, en fin, viviendo. No hay opción, lo que no hicimos antes para que no nos sorprenda sin preparación, no lo podremos hacer durante el temblor. He ahí la clave para enfrentar el cataclismo con algún grado menor de ansiedad. La preparación.
Indudablemente la consigna es evacuar la estructura en la cual nos hallamos lo más rápidamente posible.
- Si es nuestra casa, diseñe un pequeño plan de evacuación.
- Identificar los lugares de seguridad adentro y fuera de la casa
* Al lado de muebles resistentes, como un escritorio o una mesa pesada (No abajo).
* Contra una pared interior.
* Lejos de donde el vidrio podría quebrarse, alrededor de ventanas, espejos, cuadros, o de lugares en los que objetos pesados puedan caer como estanterías.
* Afuera de la casa, lejos de edificios, árboles, líneas telefónicas y eléctricas, puentes, o grandes muros. - Discútalo con su familia. Póngase de acuerdo que salidas utilizará cada uno para evacuar la vivienda dependiendo de cada situación. Asegúrese de cortar la energía eléctrica y el gas, solo si esto no demora su salida.
- Tenga a mano una linterna y si es posible una radio portátil con algunas pilas de repuesto. Recuerde que las autoridades utilizarán este medio para realizar anuncios y hacer llegar información a la población.
- Tenga cerca de la ruta de escape un bolso pequeño o mochila con algún alimento no perecedero (alguna comida en lata (y su abrelatas, claro), agua para un par de días, algo de abrigo)
- Documentos de la familia y algo de dinero.
En fin, que mande el sentido común. Difícil en un momento como ese, pero no imposible.
Y recuerde, su vida y la de los suyos vale más que cualquier bien material.
Un saludo.
Ricardo Rivera
Comandante
Jefe de Cuerpo Activo
Bs. Vs. S. M: Andes